Orgullosa de mi familia, de las raíces andaluzas que tanto me han servido para vivir. Feliz por haber compartido casi 20 años de mi vida con la mejor mujer que he conocido nunca; mi abuela, orgullosa de su enorme corazón que sigue latiendo conmigo aun que se haya apagado. De mi madre, de su nerviosismo constante pero de su gran amor, pasión, y cuidado hacia mi. De la tozudez y torpeza de mi abuelo y del aprecio recíproco con esa mezcla de amor paternal de mi tio hacia mi. Y por último las piezas más pequeñas pero no por ello las menos importantes; mis primos, por su inocencia y paciencia. Porque sin esas piezas, mi vida no seria igual. Sois la mejor parte de mi. Gracias por dejarme llevar vuestra sangre en mis venas.
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