miércoles, 12 de septiembre de 2012

Inicio

Repaso este último año y me doy cuenta que apenas recuerdo lo que ha sucedido, creo que he vivido en una burbuja emocional durante unos cuantos meses y hace apenas unas semanas está explotó. Recuerdo mirarme al espejo y no reconocerme, buscar en mi maleta algún objeto que me hiciera recordar quien soy y no obtener ningún resultado. Aun me cuesta asimilar este giro de vida, me cuesta entrar en mi casa y aceptar que hay una ausencia permanente y día a día la recuerdo más. La vida es una continua carrera y ahora mismo estoy aprendiendo a saltar los muros más altos. Mi cerebro ha hecho un cambio y tengo que aceptar el fin de un ciclo y el inicio de otro.

Nunca nos follamos, o sí.


Recuerdo cuando hacíamos el amor, porqué tu y yo nunca nos follamos. Recuerdo las sábanas fuera de lugar, los cojines aún por situar, las botellas tiradas por el suelo, los petas aun por fumar, el humo que nos ahogaba. Moría de ganas por el abrazo de después junto al cigarro reglamentario. Las horas no existían porque los besos hacian parar los segundos y las milésimas de segundo se convirtieron en caricias de forma excepcional. El día que no te hice el amor fue el dia que zanjé el corazón, cuando empezó otra nueva parte de mi vida.

Más de verdad

De ilusiones también se vive decía mi compañera de nostalgias, luego yo me reía mientras soltaba el humo de ese cigarro mal liado y le decía que de desilusiones también se acaba malviviendo. Lo que era cierto es que ni de ilusiones ni de desilusiones se puede vivir, las cosas abstractas, las irreales no pueden ser el motor de nuestra vida, solo nos sirve para salir a flote unos segundos cuando las cosas van mal, son como un revulsivo para el corazón, ese redbull para seguir despierto en esta jodida vida. Pero lo que realmente sucede cuando te despiertas, cuando dejas de soñar, es que te quedas vacía, rebuscas esos momentos que te hicieron revivir y te das cuenta que era abstracto, un sueño. Hay que marcar los limites, establecer metas y objetivos reales para hacer que esta vida tenga un poco más de sentido, que sea un poco más de verdad.

Nostalgia a media noche

Reflexionar a media noche sobre tu vida es una rutina típica de los nostálgicos empedernidos, es la hora clave, media noche es ese impás entre el ayer y el hoy, la frontera entre el día anterior y el que esta a punto de empezar. ¿Que sucede? Nos abruman los pensamientos porqué sabemos que empieza un nuevo día y mañana querremos remendar todos nuestros errores y empezar de cero. Cada día es un nuevo comienzo para nosotros, hacemos un reset moral para intentar escabullirnos de nuestros malos pensamientos, de nuestros recuerdos dañinos. Agarramos todo aquello que nos dio placer en algun momento e intentamos exprimirlo al máximo, lo recordamos a diario, como si fuera nuestra droga, nuestra dosis diaria para seguir adelante. Enemigos de la lógica, socios de lo irracional esperamos el momento perfecto para escabullir de este mundo y sumergirnos en ese pequeño universo creado para nosotros. A media noche todo puede suceder.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La verdad

¿La verdad?¿La verdad de mi vida? No existe ninguna verdad, eso es lo único cierto que sé, la afirmación más rotunda de hoy puede ser la negación del mañana. ¿Para que vivimos? Sinceramente vivimos por todo lo que nos rodea, necesitamos objetivos, metas, fechas de caducidad para sentirnos vivos. Nos mata la rutina, la inercia por si sola de las cosas, la falta de emoción en el día a día, tenemos la necesidad de tener un caos, buscamos alguien que nos desordene la vida para darle significado a todo. Ahora mismo estoy buscando esa persona que desordene un poco mi corazón y mi cama, no pretendo nada extraordinario y tampoco busco con ansiedad constante, porqué sé que el día que no mire alrededor, el día que no rastree las calles será cuando algo se cruzará en mi dándome un giro radical a mi vida y ese será el momento que empezaré a vivir, a vivir la verdad de mi vida.

Escupir emociones

Después de escupir unos cuantos sentimientos resguardados en el corazón me siento mucho mejor, es increíble la fuerza que tienen las palabras una vez te atreves a pronunciarlas y más cuando se las muestras a otra persona. Pero es así, ya lo has dicho, ya no esta guardado, ya no quema en tu interior y lo único que querías es pronunciarlo, decirlo, que alguien te escuchara, no busco palabras de consuelo después de narrar mi monólogo emocional, es más, después de decirlo huyo, escondo la mirada, me siento desnuda, como si mostrase la parte más emocional de mi, la más vulnerable. Suena irónico que me cueste tanto hablar de todo ellos y que luego lo publique por aquí, apenas nadie lee estás lineas, tampoco busco un populismo que lea todo esto, simplemente lo hago para reordenar un poco el caos que a veces se amontona en mi interior. Si alguna vez pronuncias alguna frase de las que escribií, mi cara se sonroja, no me gusta debatir sobre lo que siento o dejo de sentir.