Taquicardias por vivir

Siempre viviendo en el último escalón de la vida, ese escalón que siempre nos hace tropezar, el último, el casi imaginario, el más fácil de saltar pero a la vez el más complicado. Llevo subiendo y bajando la escalera sin parar ni un segundo, apenas sin respirar, sin parpadear, mis piernas cogen inercia y avanzan sin apenas preguntar. Y así estamos, apuñalando el corazón, con taquicardias por vivir.

Corazón acorazado

Si pudieras entrar en mi mirada verías que tengo cien mil heridas abiertas apartadas en el pensamiento para no doler, curada con las tiritas que he encontrado por el camino. Te darías cuenta que cada palabra, cada silencio esconde mil sentimientos imposibles de describir, soy incapaz de explicar lo que siento, ni yo misma sé con la intensidad que me late el corazón. Corazón acorazado, tengo la sensación de tener mil barreras que me impiden llegar hasta la verdad. Pero así seguimos los días, luchando conmigo misma, intentando descubrir que sucede dentro de este cuerpo olvidado en busca de un abrazo.

Bloque de frío

Y después de este desconcierto vuelvo a mi antiguo plan, a mi antigua alcoba como un senderista que vuelve a su hogar por pura nostalgia  Sabe que esa es su casa pero nada es lo mismo, el frio a vuelto a la ciudad y se congelan los huesos y algún que otro sentimiento. Respiro como quien espera su primer beso, pero nada de eso sucede, empujo mi cuerpo para forzarme a dar algunos pasos, ¿Pero que sucede? alguien me esta pisando, esta trucando mis pasos, es como desear salir de aquí, empezar algo nuevo y alguien no parará de juzgar lo que haces, observando tus pasos con recelo, sin apenas creer en ti. Porque cuando quieres andar hacia algo mejor solo encuentras criticas, no hay halagos ni fuerzas de ánimo, sorprendente. Toda la vida forzándote a mejorar, a seguir adelante con mucha más fuerza y justo cuando lo haces alguien te bloquea el paso. Debe ser este frío que congela los pensamientos.