martes, 28 de abril de 2015

Comprender sinónimo de amar

A veces nos diferenciamos entre piel y alma, una perspectiva tan diferente que a veces no somos capaces de discernir lo que realmente nos marcan.
Me pregunto que pasaría si cuando mirasemos a alguien vieramos su alma, no caberian dudas y nos quedariamos exactamente con lo buscamos, ¿Pero entonces? No viene la tipica afirmación de "No le encontrariamos la gracia"; No, dejemos las competenciones humanas y el "quiero lo que no tengo". Lo que sucederia es que quizás dejariamos de luchar o de aprender a desnudar el alma, y esa última parte es quizá la que nos aproxima más a alguien... Saber desnudar más allá de la ropa, incluso más allá de la piel, desgranar cada dolor, cada alegría de alguien e ir componiendo su alma junto la nuestra. Relacionar sus vivencias con las tuyas para al fin entender que comprender, también es sinónimo de amar.

Nudo humano

¿Lloraste? ¿Fuiste capaz de mirarte y llorarte? Disculpa mi intromisión, sólo estoy intentando convencerte de que llorar a veces también significa autoperdonarse a si mismo, incluso compadecerse cuando la vida te aprieta.
¿Lo entiendes? Cuando eres fuerte, cuando eres esa parte serena de la vida de los demás no está permitido llorar, ¿Para qué? -te preguntas, no puedo, yo no lloró.
¿Pero el nudo aprieta verdad? Si aprieta será porqué eres humano, más que eso, un humano valiente.
A veces deberiamos ser capaces de quitarnos la capa de super héroe para secarnos las lágrimas y aprender que llorar es desprenderse de los tragos amargos vividos.

lunes, 27 de abril de 2015

Corromperse para vivir

Hay partes de mi que se corrompen, pero no me asusta, porque me hacen sentir viva. Estoy aprendiendo a encontrar placer en sanar las heridas, a subir cada escalón y sonreirme por conseguirlo. Es dificil comprender la vida como algo sencillo, por eso debemos ser autogestionistas cuando ésta se ponga fea. No digo que lo tengamos todo controlado, porque entonces perderemos espontaneidad y felicidad real, pero si cuando nos viene el golpe en vez de ser fieras somos piedras al primer instante, seremos capaces de medir el primer impulso animal. ¿Pero como evitar algo tan innato? No es sencillo, pero cuando aprendes a mirar a la vida a los ojos y la comprendes, es cuando esta, se acojona y deja de ser violenta contigo.
De aqui viene ese placer de lamerse las heridas, son heridas de guerra contra la vida, se convierten en una forma de reafirmarse que fuiste valiente cuando la vida pretendia que fueras cobarde.

Declaración

Lástima que no comprendas la belleza en ver llover dentro de alguien.
Lástima que no sepas admirar el resurgir de alguien de entre las cenizas.
Dificil saber apreciar lo bello dentro del caos de alguien.
Dificil no mirar el alma cuando eres incapaz de sonreirte a ti mismo.
Disculpa este aladrido de miedos.
Disculpa a la vida por dejarte llevar y no por ser tu quien la mande.

domingo, 26 de abril de 2015

Te dibujo

Yo también te dibujo, pero con palabras  impregno el papel con las imágenes que me dejaste clavadas en medio de mi sonrisa. Te dibujo con el perfil triste, el alma rasgada y una sonrisa permanente pero no completa. Creo que te olvidaste porque la vida te obligo hacerlo para vivir y no es que sea malo, es que sigues siendo humana, con un corazón más grande que tu sonrisa, que ya es decir.
Humana como cada circunstancia que nos condiciona el corazón y a veces nos nubla la vista, pero los pies en el suelo sin dejar de andar, hasta que un día tus pupilas se claven en mi espalda y me abraces… ¿Lo comprendes? Ya te estoy escribiendo sin apenas conocerte y eso que desde que llegaste, rompiste el tiempo sin tu saberlo, con la única pretensión de ser para algún día llegar a sernos.
Pero ahora, dibújate a ti misma mientras yo, en mis noches, te escribo.

jueves, 16 de abril de 2015

La realidad personal y la persona real

Es curioso el binomio de este título, pero existe. Cuando vives las emociones a flor de piel en consonancia con otras personas, el volcán de momentos y de pensamientos te acaba explotando en el corazón y a veces, tu propia perspectiva no está en relación con la persona real. Esta deserción viene causada por lo fuertes que nos creemos a veces, como banalizamos las situaciones para que no nos hieran, pero al cabo de un tiempo, cuando ves las cosas en perspectiva realmente te das cuenta que fuiste una niña herida, que todos los casos que viste y que en ese momento no creías que podían ser como el tuyo, lo eran.
Nuestra realidad personal a veces nos hace ver cómo queremos ser, personas valientes, capaces de sostener situaciones insostenibles en momentos de nuestra vida que quizá no nos tocaban, pero ahí estábamos, como un guerrero intentando suplir nosotros mismos carencias afectivas que nos planteaba la vida. En ese momento eres incapaz de ver que eso está sucediendo, que esa carencia realmente te afecta con esa magnitud, porque lo estás soportando; pero soportar no es lo mismo que superar, conceptos que a veces entran en confusión porqué nos va bien creérnoslo para no hundirnos en el lodo.
A veces somos incapaces de plantarle cara a la persona real, porque somos incapaces de aceptar que la vida nos está apuñalando de esa forma y que nadie está haciendo de escudo por nosotros cuando estamos indefensos, entonces, nuestro único escudo somos nosotros mismos y esa realidad personal.
Cuando la situación se calma, cuando aprendemos a configurar un yo real, valiente, donde esas falsas ilusiones se convierten en persona, cuando son tangibles, en ese preciso instante es cuando empiezas a mirar a la vida a los ojos y te das cuenta que solo existe una realidad, la impuesta y asusta, pero tú ya no te acobardas ante ningún león.

Debí huir

Lo siento, no puede volver a escribirte. Supongo que las palabras se esfumaron como el tabaco que nos fumamos y no fuimos nada. Fuimos polvo y sexo, sin acabar haciendo mella en el amor.
Disculpa por los meses malgastados, los trayectos a medio pulmón y los kilómetros erizados. Supongo que al final comprendimos que esto fue más una quimera que una realidad, tangible pero no romántica, tal como la reproducimos en nuestros sueños.
Acabamos aportándonos moralidad y no amor, o sí, no recuerdo aquellos días o cuando sonreiamos. Disculpa mis lagunas mentales, supongo que acabamos mojando nuestros recuerdos haciendo que el dique no aguantara hasta romperse.
La vida entró a robar en nuestra realidad y bendito hurto, nos salvó, aunque tú ahora no lo creas, somos más felices y mejores personas, lejos mutuamente. Comprendo este rencor irracional y este podéis haber sido y no fuiste, pero es que jamás debimos sernos, por qué no lo éramos. Idealizarnos fue nuestro motor para al final estremecernos con la frontera de la realidad.
Supongo que algún día nos miraremos y daremos gracias por encontrarnos aquel verano, comprenderás que esa transición fue un camino hacia nosotras mismas y a reconstruirnos como persona. Quizá soy egoísta al pensar que tu mirada me hizo menguar cuando tú lo hacías y crecer cuando al fin me fui. Pero me enseñaste, aunque no lo creas, aunque me odies, me enseñaste a mirar a la vida pero luego me arrancaste los ojos para que no fuera capaz de ser yo misma.
Pero gracias a la huida pude recuperar mis pupilas y comprendí que la vida, no es de nadie más, que mía.