jueves, 16 de abril de 2015

La realidad personal y la persona real

Es curioso el binomio de este título, pero existe. Cuando vives las emociones a flor de piel en consonancia con otras personas, el volcán de momentos y de pensamientos te acaba explotando en el corazón y a veces, tu propia perspectiva no está en relación con la persona real. Esta deserción viene causada por lo fuertes que nos creemos a veces, como banalizamos las situaciones para que no nos hieran, pero al cabo de un tiempo, cuando ves las cosas en perspectiva realmente te das cuenta que fuiste una niña herida, que todos los casos que viste y que en ese momento no creías que podían ser como el tuyo, lo eran.
Nuestra realidad personal a veces nos hace ver cómo queremos ser, personas valientes, capaces de sostener situaciones insostenibles en momentos de nuestra vida que quizá no nos tocaban, pero ahí estábamos, como un guerrero intentando suplir nosotros mismos carencias afectivas que nos planteaba la vida. En ese momento eres incapaz de ver que eso está sucediendo, que esa carencia realmente te afecta con esa magnitud, porque lo estás soportando; pero soportar no es lo mismo que superar, conceptos que a veces entran en confusión porqué nos va bien creérnoslo para no hundirnos en el lodo.
A veces somos incapaces de plantarle cara a la persona real, porque somos incapaces de aceptar que la vida nos está apuñalando de esa forma y que nadie está haciendo de escudo por nosotros cuando estamos indefensos, entonces, nuestro único escudo somos nosotros mismos y esa realidad personal.
Cuando la situación se calma, cuando aprendemos a configurar un yo real, valiente, donde esas falsas ilusiones se convierten en persona, cuando son tangibles, en ese preciso instante es cuando empiezas a mirar a la vida a los ojos y te das cuenta que solo existe una realidad, la impuesta y asusta, pero tú ya no te acobardas ante ningún león.

No hay comentarios:

Publicar un comentario