domingo, 2 de junio de 2013

Mi musa se fue de putas

La dejé en casa, me fui a comprarle un ramo de rosas para agradecerle su amor incondicional y ser la gracia de mi inspiración  Subí los 34 escalones que separaban la calle de mi locura, la soledad de mi paraíso  la realidad de mi sueño; abrí la puerta a toda prisa, con más ansias que las del primer beso de un adolescente. Me encontré la casa vacía, solo se escuchaba el eco de nuestros besos, el aire de nuestros susurros y convirtió nuestra casa en un cuarto sin ventanas. La llamé y la encontré dos calles más abajo, follándose mis recuerdos en la barra del bar, bebiéndose todos aquellos versos que algún día le escribí con tanta pasión transformando mi mirada en un pozo de rabia porqué aquella noche decidiste irte de putas y dejarme de regalar ese cielo.

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