jueves, 26 de marzo de 2015

Me lucho

Cada día me asoma más la idea de pensar que nos olvidamos de lucharnos. Veo a personas capaces de luchar por los demás, por amor, por familiares; pero hay una parte muy nuestra que nos olvidamos, la más individual con la cual es difícil realmente afrontar nuestra lucha colectiva. ¿Porque a veces nos cuesta tanto luchar por nosotros mismos? A veces olvidamos nuestro yo por los demás, y encarnizamos una lucha increíble por amor a alguien que cuando nos quedamos solos ante el espejo no somos capaces de mirarnos con esos mismos ojos de amor.
¿En qué parte nos olvidamos? ¿En qué momento nos dimos ese segundo plano ante la vida? Porque la rendición parece más fácil que la lucha cuando hablamos de nosotros mismos, cuando realmente tendría que ser al revés. Sencillo, porque si nos rendimos ante nosotros mismos nadie nos juzgara, nadie nos vera en la derrota, quedará entre nosotros y por eso, es tan fácil. Cuando luchamos por alguien lo ven mil ojos, y aunque nos creamos que no nos influencia la sociedad, en esos actos lo hace.
Quizá si cuando nos rendimos pensásemos que diría la sociedad de nosotros, seriamos capaces de mover un dedo, ¿Triste verdad? ¿Porque necesitamos que nos miren para volvernos a mirar?
Tomemos conciencia de nuestro yo, amémoslo como lo hacemos cuando miramos al mundo y entonces, comprenderás que la praxis en ese tipo de amor complementa el universo.

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