No odio mi vida porque a veces sea un completo caos, aun que aveces es evidente que me gustaría reventarla por todos los lados y salir de toda esta mierda. Pero cuando decido largarme y recojo todas mis cosas, no lo puedo evitar; recuerdo el momento que fui más feliz y en la forma que crecí, recuerdo cada momento que me enseño a ser quien soy, ella; la persona por la cual decidí tener la vida que tengo y especialmente fue la que me enseño a ser algo más que un corazón inerte. No se puede huir de los lazos más arraigados en tu piel porque vayas donde vayas tu origen te sigue y es inevitable acordarse de ellos cuando las cosas van mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario