domingo, 1 de abril de 2012

Malviviendo rutinariamente

Olvido el dolor por puro vicio, contemplo amores en escaparates furtivos en altas horas de la madrugada, no miento por descuido y sonrió por necesidad. Me preocupo por lo que tengo, no por lo que vendrá, el destino me dijo que más vale vivir un segundo que perderlo pensando en los 10 minutos de después; y así acabe, tirada en las aceras, buscando un resquicio de amor por obsesión matutina o quizás por rutina. Malviviendo por pura incredulidad en busca de aquello que llaman felicidad.

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