Cuando la brújula me guié el norte lo seguiré, hace tiempo que se me rompió la aguja que dictaba mi camino, mis pasos avanzan solos sin la espera de nadie, sin la necesidad aferrima de compartir mis sentimientos con alguien incapaz de valorar lo que se remueve en mi interior. Esforzándome día a día para sacar algo más de mi, y como único resultado el de un puño golpeando la pared. Camino sin rumbo sin dirección, quizás la salida esta más cerca de lo que creo o simplemente no existe fin para esta situación.
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