Buscas un sitio para huir, sales a la calle y te enciendes tu pitillo, mientras él se consume tu también lo haces, en cada calada intentas dejar un problema, un pensamiento, son esos 7 minutos de evasión total entre humo, mientras intentas centrarte en tu vida, esa que te esta dejando sin respiración porque se esta empañando en ahogarte, tu cabeza ya no da para más porqué la estás llenando de recuerdos, de imágenes de palabras que de repente tienen más sentido que nunca. En la vida, todo el mundo ha pasado por ese instante del cigarro, quieras o no las circunstancias se vuelven complicadas y a veces no sientes el apoyo necesario o no tienes esa voz que te calme, pero ¿Y qué? Muchas veces es necesario pasar por ese pitillo y buscarte a ti misma y darte cuenta que en ti misma también existe ese apoyo importante, estar contigo y valorarte porqué muchas veces si no te quieres a ti misma, nadie lo hará, solo tu misma puedes salir de ese bucle de rutina, poner un pie fuera y dejar que alguien te coja la mano, te abrace y te diga que todo irá bien.
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