Hay ciudades que te atrapan, a veces crees que todo se ceba en ti, que tu eres el culpable de este sin vivir. Pero a veces, paseando cuando aprieta más el frío te apetece dar una vuelta por la ciudad para relajar tus pensamientos y aflojar el corazón y te das cuenta que es esta ciudad la que te aprieta, es como tu vida, es preciosa por fuera, pero siempre hay un punto en tu vida que te hace ocultarte o ser menos libres por lascivas miradas sobre ti por hechos que ocurrieron o recuerdos que duelen. Vayas donde vayas, das una vuelta de 360 grados sobre ti misma, observando a tu alrededor y te das cuenta que siempre hay una luz mirándote, un monumento que tiene sus ojos clavados en ti de forma cruel, no te atreves ha acercarte a algunas calles porqué sabes lo que aquello conlleva.
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