viernes, 25 de enero de 2013

La vida opuesta

Los extremos, el amor, el odio, lo opuesto siempre nos acaba atrayendo. Siempre hay una pizca de cada extremo en cada momento de nuestra vida, un recuerdo feliz siempre tiene un trocito de dolor dentro de él, y con los momentos más dolorosos siempre hay un punto de felicidad, un punto de positivismo, la cara opuesta de la tragedia que tanto nos cuesta ver a veces. ¿Porque negarlo? Los sentimientos nos afloran la piel por mucho que intentemos negar la evidencia, porque ¿Quien no ha llorado de felicidad? Y ese momento también comparte una trozo trágico, porqué acabamos llorando al recordar todas las penurias, todos los deseos frustrados, cada puñetazo en la pared intentando conseguir nuestro objetivo, y es que somos tan vulnerables, tan frágiles... Que cuando lo conseguimos nos derrumbamos, rompemos a llorar de pura felicidad por el siempre hecho de alcanzar lo imposible, porque por una vez en nuestra vida, ese dolor, se ha convertido en felicidad.

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