Pequeños universos

Empieza la noche, un par de buenos colegas siempre te alegran el alma y te sacan esa sonrisa única, esa que te duelen hasta las tripas de tanto reír. Pero tu cabeza no esta en blanco, tienes el presentimiento de que algo va a suceder. No sabes si será la peor noche de tu vida o la mejor. Pero sabes, que al volver a casa, algo importante te va a suceder. Un antes y un después en tu vida. Después de unos grados de alcohol, la vida se ve diferente, todo es posible. Quizás, también influya saber que esta noche te encontrare. En el mismo garito a la hora de siempre, los dos lo sabemos. El destino se cree inevitable, cuando dos estrellas se atraen, todo puede suceder, el universo aquí no pinta nada. Entro al local, ese pequeño universo de noche que hemos creado para nosotros. Voy a la barra, mis colegas me invitan a una copa más, pero eso no importa, lo que importa es que siento que estás allí, pero no te veo aún. Decido hacer caso a mi amiga, una copa más y nos vamos a olvidar, me promete vivir el presente. Brindamos, lo pruebo y me encuentro con tu mirada. Estás allí, tan perfecta, no puedo evitar sentir tu ritmo. Mi corazón empieza a latir, no sé si será este vodka barato o es que algo se mueve en mi interior. Decido jugar al despiste, me muevo de un lado a otro, hago ver que no te miro, pero no te pierdo de vista. Me ilusionó con la idea de cruzarme contigo, de sentirte tan cerca tan cerca... Sucede. Tu brazo roza mi espalda, no puedo respirar. Siempre ha sido una buena excusa la de hablar rodeados de humo, un aliñao y empezamos a charlar. Me cuentas que tal tu vida, te han vuelto a olvidar, y ya no quieres recordar. Te propongo una copa más, me dices que no, que el Tequila nos aliviará. Un par de vasos nos bastan para entender que esto no ha hechos más que empezar. Me preguntas que tal mi vida, si la he empezado a olvidar. Aquello fue efímero, no quiero pensar. Solo quiero sentir el momento a tu lado, pero nos faltan horas, la noche se acaba y el sol nos quiere pillar...