domingo, 15 de julio de 2012

Huellas en su colchón

Dejé mi aroma en su almohada pa que se acordará que en las noches más frías le serviría mi cariño en bandeja para aliviar su latir irregular, recordándole que la vida era algo más que una serie eterna dónde los capítulos cambian a diario por acontecimientos inesperados e incontrolables. 
Le deslice mis labios por todo su cuerpo para que recordará que aunque la vida fuese puta y nadie la besara siempre habría un rincón de su cuerpo que me pertenecía eternamente, llegando hasta a lo más hondo de su corazón. 
Le marqué a fuego lento con mis brazos rodeando su cuerpo mostrándole que el mundo se derrumbaba pero que si te abrazan la caída es menos dolorosa. Y así fue como poco a poco fui dejando algo de mi en un colchón que en el momento más imperfecto me perteneció.

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