domingo, 1 de julio de 2012

Introversión dañina

No nos damos cuenta de que las palabras muchas veces las utilizamos como puñales, palabras que clavamos en los demás para generar una herida o simplemente reabrirla después de mucho tiempo intentándola cicatrizar a base de parches y curas intensivas, buscando algún paliativo para ese dolor causado. Si por un momento pensásemos en como utilizamos esas palabras, esa negatividad hacia ciertas personas y nos la aplicásemos a nosotros mismos, nos daríamos cuenta que las cosas no van bien, que esas mismas palabras te causarían un dolor implacable en tu interior, quizás hundiéndote más de lo que estás. Entonces, ¿Porqué seguimos? Si sabemos que nuestras palabras duelen.. ¿Porqué seguimos insistiendo, repitiendo una y otra vez eso que duele? El problema reside en la introversión permanente del verdugo, la apariencia traiciona haciéndolos más vulnerables delante los demás, proporcionando esa facilidad para herir a causa de la inexpresión, su sonrisa es utilizada como escudo para que reboten esas sucias palabras dañinas, pero si realmente supieran como rebota en su interior, entenderían que es mucho mejor replantearse sus actos dos veces.

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