Yo no voy a dejar de perseguir mis sueños aunque me rompan las escaleras o me corten las alas para poder volar y acercarme un poquito más al cielo. Que me revienten el corazón si miento cuando digo que cada latido lo siento como si fuera el último por cada persona que me abrió su corazón a sabiendas que el camino no era nada fácil, que mis palabras esconden mucho más que letras y que todo al final para mi acaba teniendo un sentido, aunque muchas veces inacabado. Insoportables son los segundos angustiosos por el tic-tac de las horas, arruinando un presente por un miedo al futuro causado por los daños irreversibles del pasado... Porque es así, nacemos de 0, no somos nada, una hoja en blanco, un sueño aun por construir, pero si te corrompen la infancia, si te marcan la vida... Tiene su eco en el futuro, en tu vida, en tu piel, pero sobretodo en tu alma rasgada por personas carentes de amor vertiendo toda su porquería hacia ti, para machacarte y aplastarte hasta dejarte sin una pizca de amor a la vida. Pero es de valientes levantarte, seguir, apurar hasta el máximo cada latido porque nunca sabes cual será el último que te de la vida, qué latido será el que finalmente te salve la vida, impulsándote a un sueño mejor, al momento más feliz de tu vida.
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